San Miguel del Soldado (Rafael Lucio Veracruz) una antigua parada del camino real
Las fiestas patronales en la provincia de xalapa son todo un fenómeno social, religioso y cultural. Cada vez que el Santo Patrono debe ser festejado según los calendarios litúrgicos, muchos habitantes de un pueblo realizan una gran fiesta en donde también se festejan a ellos mismos. En el calendario litúrgico el día 29 de septiembre está dedicado a los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, y precisamente ayer fui a la localidad de Rafael Lucio, lugar también conocido como San Miguel del Soldado al norte de la ciudad de Xalapa. Aquí unas breves líneas de agradecimiento a Marcos Jovan Libreros Hernández, viejo colega de estudios, quien año con año nos extiende una cordial invitación a la fiesta del pueblo que nos llena de honor.
Este lugar, aunque no lo aparenta, es uno de los más antiguos que existen en la zona. Fue establecido como un caserío por los habitantes de Jilotepec alrededor de 1560, como un medio de asegurar la posesión de un terreno llamado "Acaxic" ante otra fundación hecha por habitantes de Tlacolulan: el pueblo de Acajete. Este conflicto fue largo y penoso para ambas partes, tanto que el virrey de esa época determinó que ambos pueblos (llamados San Salvador y San Miguel) se suprimieran en 1586. Dicha resolución no fue acatada, Jilotepec y Tlacolulan le informaron al virrey la llegada a un acuerdo entre las partes (aceptar la división de Acaxic en dos y la refundación de los pueblos de San Miguel y San Salvador, respectivamente). San Miguel tuvo que ver disminuida su población y casi quedó sin habitantes para las centurias venideras.
Para la primera mitad del siglo XVIII, la zona del camino real vio incrementadas sus actividades comerciales por la instalación de las ferias de flota en Xalapa. Esta situación permitió que el viejo caserío de San Miguel "renaciera". En 1733, el alcalde mayor de Xalapa recibió una orden del virrey para atender un escrito de la república de indios de Jilotepec sobre formalizar una nueva población en el paraje nombrado “la Cuesta del Soldado”. El documento daba constancia de la existencia de veinte familias en dicho sitio y solicitaba permiso para que esa reunión fuese reconocida como pueblo sujeto a Jilotepec. El gobierno virreinal ordenó al alcalde mayor realizar las diligencias correspondientes al caso: hacer una "vista de ojos" del terreno, levantar información sobre las conveniencias del pretendido pueblo y constatar que no había contradictores/reclamos a la petición de los jilotepenses.
El alcalde mayor se trasladó a la Cuesta del Soldado donde se había establecido el pueblo y realizó su informe, señalando que la pretensión de la república de Jilotepec parecía "competente y al propósito". En primer lugar porque el sitio contaba con bastantes aguas y buenas tierras para sembrar, y en segundo porque dicho sitio estaba inmediato al camino real. Estas cualidades redundarían en el bienestar de las personas que estaban en dicho sitios y en el alivio de los trajinantes de dicha vía. En este último aspecto el alcalde señaló que los viajeros "tendrían un lugar para abrigarse con comodidad, y asistir a misa, en las más de 10 leguas que dista Xalapa de Perote que es el pueblo más cercano". A esta información remitida al virrey se anexaron los testimonios de dos propietarios españoles que se dijeron afectados por la fundación y su consecuente reparto de tierras.
La información fue remitida a la ciudad de México en donde el virrey resolvió que no se otorgaría el permiso para la fundación solicitada, porque era necesario atender el daño denunciado por los contradictores. La república de Jilotepec buscó revertir esta situación. Mediante su abogado en México informaron al virrey que los recursos interpuestos no podían continuar ni ser vigentes, porque urgía más la licencia para la fundación de pueblo por un litigio pendiente.
El virrey resolvió que dichos señalamientos eran un asunto menor, comparado con la importancia de formalizar la población cuanto antes. De esta manera se concedió la licencia para que las familias de Jilotepec que ya estaban viviendo en el paraje de la Cuesta del Soldado fueran reconocidas como pueblo. Asimismo se dejó constancia para que los afectados fuera indemnizados por el gobierno virreinal. La resolución fue entregada al alcalde mayor de Xalapa, quien a su vez fue encargado de dar información a los implicados, así como vigilar que en dicho nuevo pueblo se practicaran y guardaran las leyes reales. Se encomendó al cura de Jilotepec encargarse la construcción de la iglesia del lugar con toda "la correspondiente decencia". Finalmente se definía que esta nueva población, conocida desde entonces como San Miguel del Soldado, quedaría sujeta a la república y doctrina del pueblo de Jilotepec.
Desde ese entonces la población de San Miguel del Soldado quedó establecido y formó parte importante de las dinámicas comerciales/regionales del camino real. De ahí que su historia siempre esté ligada a esta importante ruta de comunicación, incluso cuando se construyeron vías del ferrocarril y las carreteras contemporáneas. Como ven cada pueblo de esta provincia está lleno de historias y anécdotas que es importante no dejar de lado. A continuación unas imágenes de este interesante y antiquísimo lugar...
Para la primera mitad del siglo XVIII, la zona del camino real vio incrementadas sus actividades comerciales por la instalación de las ferias de flota en Xalapa. Esta situación permitió que el viejo caserío de San Miguel "renaciera". En 1733, el alcalde mayor de Xalapa recibió una orden del virrey para atender un escrito de la república de indios de Jilotepec sobre formalizar una nueva población en el paraje nombrado “la Cuesta del Soldado”. El documento daba constancia de la existencia de veinte familias en dicho sitio y solicitaba permiso para que esa reunión fuese reconocida como pueblo sujeto a Jilotepec. El gobierno virreinal ordenó al alcalde mayor realizar las diligencias correspondientes al caso: hacer una "vista de ojos" del terreno, levantar información sobre las conveniencias del pretendido pueblo y constatar que no había contradictores/reclamos a la petición de los jilotepenses.
El alcalde mayor se trasladó a la Cuesta del Soldado donde se había establecido el pueblo y realizó su informe, señalando que la pretensión de la república de Jilotepec parecía "competente y al propósito". En primer lugar porque el sitio contaba con bastantes aguas y buenas tierras para sembrar, y en segundo porque dicho sitio estaba inmediato al camino real. Estas cualidades redundarían en el bienestar de las personas que estaban en dicho sitios y en el alivio de los trajinantes de dicha vía. En este último aspecto el alcalde señaló que los viajeros "tendrían un lugar para abrigarse con comodidad, y asistir a misa, en las más de 10 leguas que dista Xalapa de Perote que es el pueblo más cercano". A esta información remitida al virrey se anexaron los testimonios de dos propietarios españoles que se dijeron afectados por la fundación y su consecuente reparto de tierras.
La información fue remitida a la ciudad de México en donde el virrey resolvió que no se otorgaría el permiso para la fundación solicitada, porque era necesario atender el daño denunciado por los contradictores. La república de Jilotepec buscó revertir esta situación. Mediante su abogado en México informaron al virrey que los recursos interpuestos no podían continuar ni ser vigentes, porque urgía más la licencia para la fundación de pueblo por un litigio pendiente.
El virrey resolvió que dichos señalamientos eran un asunto menor, comparado con la importancia de formalizar la población cuanto antes. De esta manera se concedió la licencia para que las familias de Jilotepec que ya estaban viviendo en el paraje de la Cuesta del Soldado fueran reconocidas como pueblo. Asimismo se dejó constancia para que los afectados fuera indemnizados por el gobierno virreinal. La resolución fue entregada al alcalde mayor de Xalapa, quien a su vez fue encargado de dar información a los implicados, así como vigilar que en dicho nuevo pueblo se practicaran y guardaran las leyes reales. Se encomendó al cura de Jilotepec encargarse la construcción de la iglesia del lugar con toda "la correspondiente decencia". Finalmente se definía que esta nueva población, conocida desde entonces como San Miguel del Soldado, quedaría sujeta a la república y doctrina del pueblo de Jilotepec.
Desde ese entonces la población de San Miguel del Soldado quedó establecido y formó parte importante de las dinámicas comerciales/regionales del camino real. De ahí que su historia siempre esté ligada a esta importante ruta de comunicación, incluso cuando se construyeron vías del ferrocarril y las carreteras contemporáneas. Como ven cada pueblo de esta provincia está lleno de historias y anécdotas que es importante no dejar de lado. A continuación unas imágenes de este interesante y antiquísimo lugar...
Dos
torres, una de fuegos artificiales para los festejos nocturnos y la
otra la del campanario de la iglesia del lugar, en ella tienen un
antiquísimo reloj que sigue dando puntualmente la hora.
Un ornamento colocado en la "Casa Libreros" donde amablemente nos invitaron a comer el pasado 27 de septiembre, el nombre de San Miguel del Soldado sigue muy presente a pesar del cambio de nombre en el siglo XX (otra historia por demás interesante estudiada por una colega historiadora: Lucia Santos)
Una bebida tradicional es el Arguardiente, nunca falta en las celebraciones. Ésta debe tomarse con "mucho respeto" para no caer en la borrachera antes de festejar como se debe.
Panorámica de la iglesia tomada en otro día distinto a la feria, aunque se le han agregado nuevos elementos arquitectónicos aún conserva el estilo original. Véase la entrada de templos católicos.
La imagen de San Miguel Arcángel tiene un lugar privilegiado en el lugar desde su fundación, esta figura católica fue de mucha veneración por parte de los indígenas en la antigua Nueva España, era el patrono de la justicia practica muy presente para los habitantes de esas épocas.
Perspectiva del palacio municipal, construido a un costado de la iglesia de San Miguel, hoy en día el municipio se denomina Rafael Lucio en honor al médico de cabecera de Benito Juárez.
El mole, arroz, los chocos, los chiles rellenos, las tortillas, la barbacoa y demás aperitivos son la mejor forma gastronómica para celebrar al santo como se debe, me quedó mucho la frase de la madre de nuestro anfitrión: "coman porque Gracias a Dios se nos va a multiplicar" Como se mencionó la fiesta es todo un fenómeno social, económico y sobre todo cultural.
Al festejar al santo patrono, el pueblo también se festeja a si mismo renueva sus esperanzas y por un momento se olvida de los problemas que los aquejan a diario. Nunca dejen la oportunidad de conocer este bonito lugar y sus fiestas las que se realizan los días 8 de mayo y 29 de septiembre.
Comentarios
Puede hacer algún comentario sobre la referencia "del soldado" puesto que yo he escuchado que se le dio ese nombre por que en los trenes de militares que viajaban por las vías, hicieron parada ahí por algún tiempo; cuando decidieron marcharse comenzaron a subir sus bultos al tren y uno de tantos era tan pesado que no lo podían mover y por ello decidieron dejarlo, tiempo después abrieron el bulto y era el santo de san miguel.
Le agradezco si tiene información al respecto o puedo buscar en alguna bibliografía.
Saludos!
Puede hacer referencia a "del soldado" puesto que he escuchado historias de que se le nombro así por que el santo llego en un vagon de tren de los militares. No se que tanto sea historia y que tanto no, me gustaría conocer de ello, si es posible me recomiende alguna bibliografía al respecto.
Saludos
Antes que nada un agrdecimiento por tan clara y meticulosa exposicion,
solo queria pedir un favor, en referencia al tema de la asignacion del nombre "cuesta del soldado", a lo mejor me perdi de algo, pero no logre localizar en tu articulo, el porque en el siglo XVII ya tenia este nombre asignado el lugar ?,
de antemano gracias.
Hace años creo recordar haber leído en una biografía del Virrey Arzobispo Juan Antonio Vizarrón y Eguiareta que él había autorizado la erección en pueblo (?) de San Miguel del Soldado en 1734/35, por lo que algún tiempo se le conoció como San Miguel de Vizarrón. ¿Habrá sido cierto? Desafortunadamente, no recuerdo su fuente.
[La dirección de gmail la tengo descontinuada, pero tú tienes mi contacto].
Saludos
Muchas gracias por comentar en el Blog ! Bienvenida a este espacio también. La verdad no me he topado con ese nombre, pero tampoco debería descartarse. Pues en su época esta fundación afianzó el control de Jilotepec sobre un punto del camino real. Seguramente a nivel local se hizo referencia a la autoridad que permitió la fundación, más cuando tenían a un vecino muy fuerte para esos tiempos: Tlacolulan y su sujeto Acajete. Abrazos fuertes.